Hola amigos apícolas, hoy en nuestro blog, queremos compartir con vosotros una salida al campo muy especial. ¿Alguno de vosotros conoce bien la Alcarria? Pues hoy hemos estado nada más y nada menos que en el techo de la Alcarria, en las “Tetas de Viana”. Y hemos venido acompañados de amigos muy especiales.

Rubén, nuestro amigo de @Trilloaventura, nos ha llamado para subir a las Tetas de Viana por la senda que sale de Trillo, porque quiere enseñarle a la gente de Saber Vivir, el programa que se emite en la “2” todos los domingos, uno de los rincones más espectaculares y pintorescos de la Alcarria.
Ataviados con buena ropa de abrigo (ya que hoy hace mucho frío), nuestras botas de montaña, y las ganas de pasar un buen día, salimos del puente sobre el Tajo para empezar a subir y subir, dejando Trillo atrás, y adentrándonos en la senda cubierta de vegetación que nos llevará al collado desde el cual ascenderemos a la “teta redonda”. Pero no adelantemos acontecimientos, y disfrutemos mientras tanto de la vegetación abundante y salvaje del entorno, así como de los animales que nos salen al paso, y de las formaciones calizas que nos encontramos.
Poco a poco vamos ganando en altura, sin dejar de ver la imponente mole calcárea de las cumbres, así como el serpenteante discurrir del Tajo a nuestros pies. La vista se llena, y el olfato también, pues nos encontramos con los familiares aromas del romero, el tomillo, la sabina y el enebro, que a nuestro paso vamos despertando.


Entre paradas para comentar los accidentes geográficos y la flora y fauna local, llegamos al collado desde el cual subiremos a la “teta redonda”, pues a la “teta plana” no se puede subir, ya que está protegida por anidamiento de aves. Desde el collado, la vista no deja indiferente, pero al mirar hacia arriba, vemos que el final de la ruta está cerca. Seguimos subiendo pegados ahora sí a los farallones rocosos de cerca de 30 metros que parecen inexpugnables, pero sorteando escalones de roca, llegamos al tramo final, en el que para hacer cumbre, hay que subir por una escalinata de hierro.
Y ya estamos aquí, en el Techo de la Alcarria, a 1145 metros de altura, oteando el inmenso horizonte. Y es que, la vista es sencillamente espectacular, con los pueblos alcarreños a nuestros pies, bañados por el tajo, y vislumbrando a la lejanía las moles de pizarra de la sierra norte de Guadalajara, cubiertos de las primeras nieves invernales. Aquí no hay lugar para esconderse, se ve todo, la alcarria, la sierra norte, el alto tajo… el único límite es el de nuestra vista.

Pero la ruta no acaba aquí. Hemos llenado el espíritu, y ahora le toca al estomago, asique, y a pesar del frío, nos sentamos para tomarnos un “aperitivo de altura”, y como no podía ser de otra forma, lo hacemos con las ricas mieles MELIMELUM, acompañadas del rico queso de Solanillos. Para esta ocasión, hemos elegido las mieles de Romero, Tomillo y Lavanda. Entre risas, vistas y ricas viandas, pasamos este final de día.


Asique ya veis amigos, si queréis disfrutar de los sentidos, no tenéis que ir muy lejos, aquí está la Alcarria, esperando para ser descubierta en todo su esplendor.
Ah, y todo esto, lo podréis ver próximamente en el programa Saber Vivir, de TVE, los domingos a las 12 en la 2